viernes, 27 de junio de 2008

Capitulo VIII

Desde que abrí los ojos tenía mal humor, por lo que el mejor remedio para no pasar un mal momento era que el resto de la población mundial no me hablara, me esquivara, todo contacto iba a ser un mal presagio.

Tenía muchas tareas para realizar el día de hoy y comenzar desde tan temprano era terrible. Frío y neblina… silencio y la calle despoblada. Por ahora todo estaba perfecto pero cuando sacaba el auto del estacionamiento un renacuajo pelotudo se cruzo sin advertir las luces y los sonidos que avisaban la salida de un automóvil. Claro, estaba conectado a su teléfono celular que lo único que le faltaba era que hiciera café y pensara por el.

Cansada de toda la semana tuve que soportar el estresante centro de la ciudad un viernes que hace a la “gente” animales rastreros y descerebrados. Lo mejor es que casi no tuve la necesidad de hablar para realizar mis tareas.

Todo comenzó al pisar la clínica de “insalubridad mental”, donde las esferas sub-inferiores estaban en pie de guerra. Una sensación de estar entre salvajes de las primeras eras, así como por el CENOZOICO, en el periodo terciario.

No voy a entrar en detalles porque sentía que estaba pasando de eras, todo cruce con la supuesta raza humana trajo a mi ser el recuerdo de estudios del secundario। Tenía en frente a todo un linaje, como si fuese el museo historico de ciencias recorría los pasillos hasta mi oficina topandome con: Australopithecus, homo erectus, homo neanderthalensis a homo sapiens pero de caracteristica NOSAPIENS.

Por fin al resguardo, en mi cueva (llamada en esta era) OFICINA, me senté a tomar un café bien caliente. Pero mi interno no dejaba de sonar… pera preguntarme cosas tan profundas como: No hay papel higiénico n los baño, ¿le pongo?... no hay luz en la oficina de asuntos médicos… ¿le cambio la bombita?... Tengo que hacer un deposito pero cerro el banco ¿lo hago el lunes?... y así tuve una y otra pregunta de entes NO PENSANTES… una tras otra, como si fuera el oráculo de Delfos en plena capital porteña.

No creo tener un coeficiente mayor a la media de la población pero en esta institución se caracterizan por hacer beneficencia y darle trabajo a los deficientes mentales. ¿Será por eso que estoy en el cargo de jefa?... No voy a degradarme… estoy por ser una psiquiatrita rehabilitada e inserta en la sociedad de consumo… por ahora reprimo mis instintos asesinos y sádicos para dejarlos libres en mi cerebrito.

Casi me muero de un infarto cuando bajando por las escaleras me encuentro que en el hall de entrada se encontraban los HOMO ERECTUS del momento con sus secretas amantes… que de secreto ya no tenían ni el pelo de la argolla… De todas las edades y de cualquier tipo de desquicio mental, una cosa sexopata de las mas bizarras.

Para cuernos deberíamos dejar una pared de trofeos. Para cambios de rumbo otra ya que varios XY se comportan muy XX… que puedo decir… SI SON FELICES hagan lo que más les plazca… la vida es corta para reprimirse… por lo menos en esa área ya que si yo no reprimiría mis deseos sería una “serial killer” de las más sanguinarias de la historia de la humanidad… Pero mi religión no me permite hacer, si queda en el pensamiento es una cosa… por lo menos en ese cuarto oscuro de materia gris hay espacio para mi verdadero ser.

2 comentarios:

Psicoloca dijo...

Muy american Psycho... Me encanto, como siempre
Saludos!

Soledad Jácome dijo...

Celebro que escriba con más pausa, Felicitas, así puedo ponerme al día en estos tiempos locos. Permítaseme elogiar también los aportes gráficos de las últimas entradas. Muy buenos!

Me encantó el recorrido por las eras prehistóricas, sombrío y tenebroso como un largo paseo nocturno por el museo de Ciencias Naturales.

Refinada, fiel a un estilo, metaforiza las vivencias más mundanas con frases como: “de secreto ya no tenían ni el pelo de la argolla”.

Benditos sean los blogs que permiten corretear libremente por el cyber espacio a nuestro alter-ego asesino.