viernes, 20 de junio de 2008

Parte IV: “los lunáticos insurrectos”

Hoy habrá luna llena y es un augurio de intranquilidad en el nosocomio de “insalubridad mental” en el cual paso la mayor parte de mi tiempo. Con el privilegio de entrada y salida soy una persona inserta en la sociedad actual, con un grado de cultura mayor al normal que me demuestra constantemente todo lo que me falta saber…Podría decir que estoy inserta en la sociedad pero en realidad cruzo las fronteras constantemente… pase libre por inmunidad diplomática.

Hoy es viernes y deberé con seguridad trabajar horas extra para calmar a las fieras…

Llegan y salen pacientes, como una estación de trenes. El movimiento es perpetuo y siendo viernes todos quieren irse temprano. Día de visitas será mañana en un rango horario bastante amplio, hoy son pocos los que tienen encuentros con los engendros del más allá de las paredes.

Desde temprano revise que todo estuviera en orden y funcionando, pase por las alas bajas, medias y superiores; los pabellones azul, gris, blanco, violeta, verde, amarillo… la sala acolchada, los fríos baños, las salas de torturas, el vestuario de las camisas de fuerza y uniformes, los cuartos de stock para el instrumental, químicos y demás implementos del “santuario mental”. Tuve que hacer una lista grande de compras de varias cosas, pero estábamos bien de casi todo.

Mientras pasaba por las oficinas administrativas veía como algunos personajes se encontraban en sus celdas privadas, desconectados de todo lo que los rodeaba se internaban en los sonidos emitidos por los teléfonos de mil usos (gadget comunicacionales que incomunican)…

En el área del comedor había unos cuantos reclusos que se les permitía desayunar con el acompañante terapéutico de turno.

“Pichón de mamut” es una interna que intenta llamar la atención para que alguien la quiera y acepte como es… lo intenta todo, pero nadie esta interesado en quererla… Esta inquita desde temprano, quizás porque mañana es día de visitas y nadie vendrá a verla.

“Carancho” es una mujer entrada en años que tiene en la parte superior de su cabeza un casco de pelos que debe de servir para las caídas… una cosa espantosa y dura. Con cara de buho anda siempre mirando y nunca parpadea, sentada con su café es una de las pocas reclusas tranquila.

Tenemos a lo lejos, en la ultima mesa, al “metalero floral”, un cacho de humanidad difícil de trasladar por el espacio que ocupa. Vive enojado y no hace nada de lo que le dicen. Duro como el metal con el que trabaja. Gruñe y se impone con su redondez… pero esta solo y alejado… nadie puede abrazarlo porque no alcanzan las manos y su panza los separa casi 38 cm.

Hay tantos personajes como granos de arena en una playa.

Al medio día vuelvo a pasar por el comedor, y el director estaba haciendo desde hacía una semana una prueba sonora… el mismo cd una y otra vez. Hacía una semana que estábamos todos (internos y trabajadores) escuchando la misma música una y otra vez. La reacción era la misma para absolutamente TODOS, insoportable. La próxima luna llena tampoco ayudaba y el fin de semana era un inminente terreno de minas explosivas.

Todo comenzó con… “la comida esta fría”, continuo con “hay un pedazo de animal en mi plato”… “encontré un pelo”… “soy vegetariano y no como verduras verdes”… “los lácteos me recuerdan un mal momento”… “el brócoli me da gases”… y así continuo una larga lista de expresiones y demandas que fueron incrementando el desorden hasta que, volvió a iniciarse la misma música a más volumen. En un segundo los internos entraron en un estado de posesión diabólica y comenzaron a arrojarse la comida… había quienes abrían la boca como animales en un zoológico esperando el bocado de más, los que se ocultaban bajo la mesa y los que devolvían en dirección opuesta algo más que la comida poco grata a sus papilas gustativas.

En que termino esto… en que no comió nada nadie, si no les gusta que no coman…total nadie se va a morir por una comida… y de fondo la misma y reiterativa música…

A corchito quemado se le sumaron otras personas de limpieza… todos se quejaban por el trabajo extra… Solo escucho quejas y antes de empezar a trabajar en regla y contratadas imploraban que las llamen para trabajar. Ahora que están en regla les pesa el enorme culo que tienen… deberían dejarlas nuevamente en la calle, a ver quien las contrata… “Fisurita” estaba de licencia médica por lo que había una extranjera menos en la limpieza, pero para el día del cobro estaba bien para cobrar su sueldo… “Fisurita” era otra que hacia que hacemos, mandamás entre las bajas esferas peleaba por marcar su territorio… pero de propio no tenía ni el uniforme que usaba. Nunca voy a entender porque no aprecian y cuidan lo que consiguen… se van a dar cuenta cuando lo pierdan…

Volviendo al grupo de reclusos insurrectos, se decidió “echar” a la suerte y al acatamiento de las nuevas normas el que volvieran o no a la institución…

Mientras volvía a recorrer el área de las “obras pictóricas”, antes de los pabellones de colores, unas pacientes estaban sentadas admirando unas manchas que un “adicto al aerosol” había hecho una noche de pocas luces. ¿Qué veían o creían ver?... un árbol de sexos masculinos representando a todas las razas por los colores utilizados. Sobre esto no pude acotar nada más que unas risitas… Más de un artista estaría escupiéndoles la cabeza desde alguna nube para refrescarles la cabeza, mientras Freud en su “diván celestial” se reiría mientras se falopearía con algún buen narcótico.

Es viernes y ya la luna iluminaba toda la gran institución, bañando cada rincón con la tenue luz nocturna de una majestuosa luna llena. Los lunáticos aullaban como locos que son y los perros del vecindario los acompañaban en este réquiem de sonidos exacerbados que solo buscaban dejar de escuchar el mismo cd una y otra vez…

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