lunes, 10 de noviembre de 2008

Capitulo XIX


Como una eterna noche sin carteles luminosos, los “pez.cientes” nadaban en las interminables grutas marinas intentando resistirse al esquizofrénico congestionamiento que producía la nueva amenaza acuática del submundo marino. La entrada era libre y gratuita pero la salida había que abonarla con intereses, si es que un ataque de ira no destrozaba el lóbulo temporal tratando de no putear por las largas filas. Casi como una panamericana a la peor hora y con choque múltiple era el funcionamiento actual del manicomio.

Una metáfora acuática de los últimos días en ese archi desequilibrado lugar hicieron pensar que el ambiente caldoso podría mejorar… si necesitas que las cosas te patinen, hechate aceite… y acá podemos decir, que la sensación es como un buque carguero de petróleo expandiéndose por todos lados para que ningún ser vivo pueda respirar.

Claro que en nuestra basta escala alimenticia tenemos sobre todo animales que NADAN y hacen NADA en todo el día… un poco piraña, otro tanto pez globo mixturado con algún mamífero como un lechón marino. Pobre naturaleza, acá no hay ni green ni peace, aunque los verdes te los agarran a un precio poco ortodoxo y si te quejas andate a hacer fila a una casa de cambio… mira que los verdes son yeta… y ya bastantes filas tenes que hacer en nuestra bien amada institución.

Un nuevo capitulo en los culebrones y demencias que ejercen la fuerza de gravedad cero en el nosocomio. Un archi enemigo de la escasa humanidad esta haciendo más estragos… un enroqué maléfico del señor todo poderoso. Será que sobreviviremos a la trepadora de inmenso culo que mas que araña de galpón es un remolque con acoplado.

Todavía no aprendieron nada, en la teoría del caos se explica que hasta en ese quilombo que puede ser el universo se encuentra un orden intrínseco. El problema es que no lo pueden ver… porque son ciegos, sordos y esclavistas tercermundistas… anda a quejarte al gobierno o hagamos piquete… que sea de ojos porque a cualquier otro lado del cuerpo es peligroso, a ver si se pierde la mano entre los rollos…

A las horas pico de congestionamiento se las toma a degustar un refrigerio de altas calorías.

Me siento en un gran estanque de mierda, donde las vejigas natatorias se hincharon tanto que los personajes están compitiendo con el Michelin, otra que estoy hinchado de tomar mucho liquido… estos están hinchados de hacer nada… como peces carroñeros solo hacen nada. Van a la deriva de una lechonuza acuática con los ojos ciegos y bien abiertos…

El pecado pescado, y ni tiempo a cocinarlo se lo comieron crudo… Si la idea era ponerle orden al caótico mundo de los lunáticos solo teníamos que seguirle la corriente a los loquitos que dirigen y a los que van camino a sentirse estafados cuando despierten, si es que alguna vez lo llegan a hacer. Solo hacia falta poner la plata para ajustar unos tornillos… pero era mucho pedir para un infradotado y desquiciado dios en decadencia.

No se puede hacer todo y este supuesto dios de los Boteros vivientes, se mezcla con Frida Calo y Dalí hasta que estornuda y se cree Pollock…

No tiene época de apareamiento y de ese determinado espécimen es un tema de diván… casi como un altar al dios todo “omnipresente y potente”. Que nos ayuden porque la herejía se a adueñado del calabozo y la nueva mascota (la lechonuza) no tiene ni idea que su nuevo amo es un “dios poco universal” y muy terrenal.

Debo admitir que la nueva pareja que conforman la lechonuza y la esclavita azucarera son una digna demostración de las mas bizarras. Casi como una encarnación de la vaca y el pollito hacen ver que las diferencias no siempre separan a las huestes del granjero al que denominamos dios… terrenal y visceral, se nos salen las tripas al ver semejante espectáculo… sobretodo por el culo gigantón y acumulativo de la lechonuza trepadora.

Si la raza humana deja estas señales tan marcadas de locura… aguantes los protozoos. Deberíamos dejar que se aceite mejor las piernas… o mejor darle tiempo para que se haga un tostado en cama solar, si es que hay del tamaño multidimensional que afecta sus extremidades medias…

La pregunta es ¿Qué hace un espécimen nuevo en esta cadena alimenticia ya definida por naturaleza y antigüedad?, la supervivencia ni es del más fuerte ni del mas dotado sino de quien mejor “selachu” al jefe, aunque podría pesar un poco la necesidad de supervivencia a la calentura huevistica.

Saludable no es una palabra aplicable a los hechos que han desquiciado a todos los peces de este estanque, desde los parásitos azucareros y los polvorientos… las anguilas, erizos y pez globo hasta las pirañas están nadando en el revuelto y podrido estanque de animales fuera de su hábitat natural.

Como una espina ancha en el zapato esta mascotuda (medio mascota medio pelotuda) trata de encauzarnos como rebaño de ovejitas… se equivoco de cuento… acá no tenemos ni a caperucita ni al lobo, y a la ballena no le alcanza un estanque para nadar… los enanos están de huelga y a blanca nieves se la llevo la ultima aspiración nasal.

La culpa no es del lobo sino de la calentona de caperucita que no se puso la bombachita. Y nosotros pagamos los platos de esa trola… que el lobo no se coma a la lechonuza que se va a indigestar… ¿Cuál será el arreglo entre el lobo y la lechonuza?